PALABRA DERIVADA DEL GRIEGO POÍEMA, QUE SIGNIFICA ‘OBRA’, ‘TRABAJO POÉTICO’, DEL VERBO POIÉO, ‘CONSTRUIR’, EN SENTIDO ESTRICTO DESIGNA UNA OBRA POÉTICA DE CIERTA EXTENSIÓN EN CUALQUIERA DE LOS GÉNEROS LITERARIOS TRADICIONALES. POR TANTO, PUEDE HABLARSE DE POEMA ÉPICO, DE POEMA DRAMÁTICO Y DE POEMA LÍRICO. EL POEMA PUEDE ESTAR ESCRITO EN VERSO O EN PROSA, SIEMPRE QUE MANTENGA LOS RASGOS DISTINTIVOS DEL LENGUAJE POÉTICO QUE, A DIFERENCIA DE LA NARRACIÓN, TIENDE MÁS A LA CREACIÓN DE UNA ATMÓSFERA DE IMÁGENES Y SENSACIONES QUE A LA INCLUSIÓN DE UNA HISTORIA. SIN EMBARGO, LA TEORÍA DEL CUENTO CONTEMPORÁNEO SURGIÓ DE LA “FILOSOFÍA DE LA COMPOSICIÓN”, TEXTO CRÍTICO QUE ESCRIBIÓ EDGAR ALLAN POE PARA EXPLICAR CÓMO FUE ELABORANDO SU POEMA “EL CUERVO”. EN SENTIDO GENERAL, POR OTRA PARTE, LA PALABRA POEMA PUEDE CONVERTIRSE EN ATRIBUTO DE CUALQUIER TEXTO DE LITERATURA QUE, AUN ESCRITO EN PROSA, PARTICIPA DE LOS RASGOS DISTINTIVOS DEL LENGUAJE POÉTICO. LA OBRA PARADISO, DEL ESCRITOR CUBANO JOSÉ LEZAMA LIMA, HA SIDO CALIFICADA COMO NOVELA-POEMA. OTRO EJEMPLO SIGNIFICATIVO DE ESTA PÉRDIDA DE LÍMITES ENTRE LOS GÉNEROS LO CONSTITUYE LA MUERTE DE VIRGILIO (1945), DE HERMANN BROCH.
CON EL FIN DE DESLINDAR MEJOR LOS SIGNIFICADOS ENTRE ‘POEMA’ Y ‘POESÍA’, ES PREFERIBLE RESERVAR EL PRIMER TÉRMINO PARA REFERIRSE A UNA COMPOSICIÓN CONCRETA, AUNQUE SUELA HABLARSE EN ESTE SENTIDO DE “UNA POESÍA DE SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ”; Y EL SEGUNDO PARA ALUDIR A LA OBRA POÉTICA DE UN AUTOR EN SU CONJUNTO, COMO CUANDO SE DICE “LA POESÍA DE JOSÉ ASUNCIÓN SILVA”. ASÍ ENTENDIDO, EL POEMA SERÍA LA UNIDAD MÍNIMA INDISPENSABLE DE UN POEMARIO O DE LA OBRA POÉTICA —POESÍA— DE UN AUTOR DETERMINADO.
FORMA DEL DISCURSO LITERARIO O ARTÍSTICO QUE SE RIGE POR UNA SINGULAR DISPOSICIÓN RÍTMICA Y POR LA RELACIÓN DE EQUIVALENCIA ENTRE SONIDOS E IMÁGENES. LA POESÍA O DISCURSO POÉTICO (QUE A MENUDO SE USA COMO SINÓNIMO DE VERSO PARA OPONERLA A LA PROSA) UNE A VECES LA ORGANIZACIÓN MÉTRICA A LA DISPOSICIÓN RÍTMICA Y, EN ESOS CASOS, PUEDE TENER UNA ESTRUCTURA ESTRÓFICA. SEGÚN EL FILÓLOGO ESPAÑOL TOMÁS NAVARRO TOMÁS, “LA LÍNEA QUE SEPARA EL CAMPO DEL VERSO DEL DE LA PROSA SE FUNDA EN LA MAYOR O MENOR REGULARIDAD DE LOS APOYOS ACENTUALES”.
MÉTRICA Dentro de la poesía, la métrica es cuando la poesia tiene 6 versos Cuando se trata de prosa, se trata de prosa rítmica. El estudio métrico comprende tres partes fundamentales: el verso, la estrofa y el poema. La métrica también es la cantidad de sílabas en las que se divide un verso.
Métricas occidentales En la métrica española, el verso está formado por un número fijo de sílabas y una determinada distribución de acentos, con rima optativa. En el caso de la métrica grecolatina, se constituía a partir de la repetición de determinadas secuencias de sílabas largas y breves (pies), y en el de la métrica germánica y escandinava por medio de la repetición del mismo fonema en tres palabras diferentes del verso (aliteración): la consonante de la tercera sílaba acentuada del verso debía coincidir casi siempre con la consonante de la primera sílaba tónica, frecuentemente con la de la segunda sílaba acentuada y excepcionalmente con la de la cuarta sílaba acentuada. En la métrica hebraica, por el contrario, el verso se constituyó sobre el paralelismo (semántico o sinonímico, antitético, emblemático y repetitivo y estructural), y así están escritos por ejemplo los versos del Salterio (los llamados Psalmos o Salmos del Antiguo Testamento), el Cantar de los cantares, casi todo el Libro de Job y la mayor parte de los proféticos, fuera de que es también un recurso habitual en toda manifestación poética que tome forma de verso o versículo. El verso Existen determinadas convenciones para escandir (medir el número de sílabas) un verso escrito en lengua española: ---Si el verso acaba en palabra aguda, se le cuenta una sílaba más, salvo en la métrica medieval galaico-portuguesa, por la ley de Mussafia, así llamada en honor al romanista Adolf Mussafia, y en la lírica castellana influida por aquella. ---Si termina por el contrario en palabra esdrújula, se le cuenta una menos.
---Cuando se forma un diptongo o bbien un hiato entre el final o comienzo de una palabra y el comienzo o final de otra, puede contarse una sola sílaba mediante la licencia poética conocida como sinalefa, que no debe confundirse con el metaplasmo de la elisión. ---Las sinalefas más fáciles para el oído son obligatorias, las más duras (entre vocales tónicas o una vocal átona y una tónica) son optativas. ---Si se rompe una sinalefa, se denomina a esa licencia poética dialefa. ---Si, por el contrario, el hiato existe en el interior de una palabra y la conveniencia del poeta dicta que ha de reducirse a una sola sílaba para disminuir el número de sílabas del verso, se crea una sola sílaba transformando el hiato en un diptongo mediante la licencia poética denominada sinéresis, que rebaja el timbre de la más débil de las vocales del hiato para hacer posible el diptongo: “león > lion”, “héroe > herue”. ---Por el contrario, si la conveniencia del poeta dicta que ha de aumentarse el número de sílabas de un verso, se puede romper un diptongo creando un hiato artificial y señalándolo con dos puntos encima de la vocal más débil, que ve elevado su timbre para posibilitar la creación del hiato y que por lo tanto se creen dos sílabas distintas en vez de una: “Rüina > Roína”. A esta licencia poética se le denomina diéresis. ---Cuando existe sinalefa entre la vocal final de un verso que termina en palabra llana y la vocal inicial de la primera sílaba del verso siguiente, se le llama a tal licencia poética sinafía. Tal licencia se suele dar cuando al menos uno de los dos versos es corto, por ejemplo entre octosílabos y tetrasílabos, y se explica por la falta de autonomía tonal del verso corto. La sinafía no suele utilizarse desde fines del siglo XV. ---Cuando un verso termina en sílaba aguda y al verso siguiente le sobra una sílaba, se le añade al verso anterior. Esta licencia se utilizó cuando al menos uno de los dos versos es corto y se denomina compensación. La causa es la misma que en el caso anterior, y no suele utilizarse desde fines del siglo XV, al igual que la sinafía. ---El verso se puede adaptar a la medida requerida mediante los llamados metaplasmos, una serie de supresiones o adiciones de sonidos en las palabras. Existen los siguientes: -------Elisión: supresión de una vocal final o grupo de vocales finales de una palabra situada ante otra que empieza por vocal. Si la vocal que se pierde es la de la segunda palabra, se denomina elisión inversa. Debe distinguirse claramente de la sinalefa, pues en la sinalefa no se pierde el timbre de la vocal y en la elisión sí. La elisión es común en italiano, y fue adoptada en algunos casos por poetas del Renacimiento español muy influidos por los italianos, como Garcilaso y Fernando de Herrera. "A la vida y salud d'un tal amigo". ------Aféresis: supresión de sílaba a comienzo de palabra. V. gr.: ora (por agora o ahora). ------Síncopa: supresión de sílaba en centro de palabra. V. gr.: espirtu por espíritu o vían por veían. ------Apócope: supresión de sílaba a final de palabra. V. gr.: val (valle). ------Prótesis: adición de sílaba a comienzo de palabra. V. gr.: la amuestre (por muestre). ------Epéntesis: adición de sílaba en centro de palabra. V. gr.: Ingalaterra (por Inglaterra o coronista por cronista). ------Paragoge: adición de sílaba a final de palabra. V. gr.: ¿Quién os fizo tanto male? (¿Quién os hizo tanto mal?), o infelice o pece por infeliz y pez respectivamente. ---Puede darse el caso de una rima asonante equivalente o simulada, también denominada rima vocálica relajada, es decir, una rima asonante en cuya sílaba átona final se encuentra una de las vocales i o bien u que entonces suenan como equivalentes a e y o respectivamente, como en el caso de la palabra Venus, que puede usarse para rimar en e - o. ---En el caso de la rima, se evita la mezcla en el mismo poema de rima consonante y asonante. No debe utilizarse la misma palabra dos o más veces en la rima ni utilizar homónimos. Tampoco debe rimar una palabra simple con su compuesta y deben rehuirse las rimas en desinencias verbales, porque son demasiado frecuentes. ---A veces se da la llamada dislocación acentual por medio de la cual se pone acento en una sílaba átona y se deja como átona la sílaba tónica a que debía corresponder. Eso se da especialmente en los poemas destinados al canto, por la necesidad de seguir el ritmo más marcado, o en los poemas burlescos, o por la necesidad del poeta de elaborar un verso rítmicamente correcto. Una variante de esta dislocación acentual es la sístole, que consiste en que el acento pasa de su lugar legítimo a la sílaba anterior, como en estos dos versos de Garcilaso de la Vega, en que tal artificio es preciso para que el endecasílabo sea regular rítmicamente:
ternia el presente por mejor partido
y agradeceria siempre a la ventura... ---En el Siglo de Oro de la lírica española, en especial entre poetas manchegos como Garcilaso de la Vega y Bernardo de Balbuena o andaluces como Fernando de Herrera, la hache inicial que proviene de la efe inicial etimológica latina ha de leerse con aspiración y por tanto no puede existir sinalefa al ser muda: "Y por tu gran valor y hermosura" (Garcilaso). ---Los versos de más de once sílabas poseen siempre algún tipo de cesura o pausa interna que impide la sinalefa entre las vocales que se encuentran separadas por la misma.
Clases de versos
Los tipos de verso de la métrica española pueden definirse según la acentuación de la palabra final, según el número de sílabas y según el ritmo y compás de los acentos. Según la acentuación de la palabra final El verso español puede ser oxítono o terminado en palabra aguda; paroxítono o terminado en palabra llana y proparoxítono o terminado en palabra esdrújula o sobreesdrújula. En español el verso más abundante es el paroxítono, habida cuenta de la mayor abundancia de palabras llanas en esta lengua. Según el número de sílabas En la métrica española existen cuatro tipos principales de versos: los de arte menor, los de arte mayor, los compuestos de arte mayor y el versículo.
El arte menor está formado por los versos que tienen hasta ocho sílabas; el arte mayor, por el contrario, está formado por los versos que tienen nueve o más sílabas. Independientemente de estas dos clasificaciones, está el llamado versículo, que es un verso irregular sin número fijo de sílabas y por lo general tan largo que desborda el arte mayor.
En el arte menor los versos de dos sílabas se denominan bisílabos; de tres, trisílabos; de cuatro, tetrasílabos; de cinco, pentasílabos; de seis, hexasílabos; de siete, heptasílabos; y de ocho, octosílabos. Los versos más usados del arte menor en castellano son, por este orden, el octosílabo (el verso más fácil y natural del castellano, ya que coincide con el grupo fónico menor del idioma, por lo cual ha sido usado durante toda la historia de la literatura en lengua castellana, en el Romancero, en nuestro teatro clásico y en gran número de estrofas), el heptasílabo, el hexasílabo y el pentasílabo.
En el arte mayor, los versos de nueve sílabas se denominan eneasílabos; los de diez, decasílabos; los de once, endecasílabos; los de doce, dodecasílabos; los de trece, tridecasílabos; los de catorce, alejandrinos o tetradecasílabos, etc.
Los versos de más de once sílabas, denominados compuestos de arte mayor, poseen una cesura interior constante o pausa fijada hacia su mitad, aunque puede haber de hecho hasta tres cesuras. Así, por ejemplo, en el tipo más común de dodecasílabo hay una cesura después de la sexta sílaba (después de la séptima en el caso del dodecasílabo de seguidilla), y, en el alejandrino, después de la séptima sílaba. Las dos mitades del verso dividido por la cesura, que pueden ser isométricas o no, se denominan hemistiquios y se miden de igual forma que si fueran versos enteros, aplicándoseles la regla que dice que si acaban en aguda se cuenta una sílaba más y si acaban en esdrújula una menos:
Mes-ter trai-go fer-mo-so, (cesura) non es de ju-gla-rí-a (7+7=14 sílabas, alejandrino)
El versículo o verso de extensión desmedida sin rima, se articula según su propio ritmo interno mediante isotopías, acoplamientos, paralelos rítmicos, braquistiquios, pausas, germinaciones, plurimembraciones, paralelismos sintácticos y semánticos, leixaprén, microestructuras compositivas como la anular, la diseminación y recolección, el despliegue de sintagmas progresivos etc. y otros recursos de notoria complejidad. Puede adoptar forma estrófica pero en forma de metáfora visual con el significante visual de los signos escritos, y entonces se le denomina caligrama. El versículo se inicia con la poesía del estadounidense Walt Whitman y, con algunos antecedentes en el siglo XIX, se acomoda al español con la obra de León Felipe, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca y Rafael Alberti en el siglo XX.
En cuanto a la clasificación de los versos por su ritmo acentual Algunos de estos versos deben poseer acentos fijos en determinadas sílabas para poder ser métricamente correctos. Es el caso del endecasílabo, que debe llevar acento fijo siempre en la sexta sílaba (endecasílabo propio) o bien en la cuarta y octava (endecasílabo sáfico).
El endecasílabo propio puede tener también, y de hecho tiene, otros acentos opcionales que sirven para clasificarlo en diferentes tipos. Por ejemplo, el endecasílabo acentuado en primera y sexta sílaba se denomina enfático; el acentuado en segunda y sexta, heroico; y el acentuado en tercera y sexta, melódico. Cada cual posee una distinta expresividad, y gracias a estas variantes el endecasílabo es un instrumento lírico sumamente variado y rítmicamente flexible, por lo cual sustituyó como elemento preferido del arte mayor al dodecasílabo en el siglo XVI, demasiado rígido por su ritmo solemne y monótono. También existen otras modalidades de endecasílabo, pero no se consideran correctas o solamente se emplean para efectos rítmicos especiales, como por ejemplo el endecasílabo de gaita gallega o dactílico, que lleva acento en cuarta, séptima y décima sílaba, y a veces, cuando no se considera en anacrusis, en la primera. Este tipo de acentuación tiene su origen en la llamada métrica de cantidad empleada en la poesía clásica.
Endecasílabo propio: acentos en 6.ª y 10.ª
Endecasílabo propio enfático: acentos en 1.ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo propio heroico: acentos en 2.ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo propio melódico: acentos en 3.ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo sáfico: acentos en 4.ª, 8.ª y 10.ª
Endecasílabo mixto o polirrítmico: el que mezcla dos o más de los patrones acentuales anteriores.
Endecasílabo dactílico: acentos en 1.ª, 4.ª, 7.ª y 10.ª
Endecasílabo galaico: acentos en 5.ª y 10.ª
Un tipo especial de versos, creados en 1603 por el poeta satírico y hampón Alonso Álvarez de Soria para imitar el habla chulesca de los matones de Triana, son los versos de cabo roto, versos terminados en palabra llana a los que se les suprime la última sílaba y que riman, por tanto, en aguda. Se usan siempre con intención burlesca o satírica y fueron empleados con frecuencia por Cervantes, por ejemplo al hablar de La Celestina:
Libro a mi entender diví- (divino)
si encubriera más lo humá- (humano)
Ritmo acentual del verso
Existen fundamentalmente dos tipos de ritmos en el verso español, si dividimos el verso en partes de dos sílabas: el que procura acentuar las sílabas impares o ritmo trocaico (_U) y el que procura acentuar las pares, o ritmo yámbico (U_). Si por el contrario dividimos el verso en grupos de tres sílabas tenemos tres tipos de ritmos, el ritmo dactílico (_UU), el anfibráquico (U_U) y el anapéstico (UU_), donde la raya representa a la sílaba acentuada, según los pies que imitan de la poesía grecolatina clásica: el dáctilo, el anfíbraco y el anapesto.
Las estrofas Se entiende por estrofa en métrica a un conjunto de versos con una distribución fija de sílabas y rimas que se repite en un mismo poema con regularidad. A veces también constituye por sí mismo un pequeño poema. Casi siempre la estrofa encierra un pensamiento completo, por lo que posee una cierta autonomía semántica. Las estrofas de la métrica castellana comprenden entre dos y trece versos.
(VER REFERENCIA)
LA POESÍA ES UNA FORMA ESPECIAL DE LENGUAJE; SU ESTRUCTURA Y SU NATURALEZA SON FUENTE CONSTANTE DE ESTUDIO PARA TRATAR DE DETERMINAR ESE ALGO ESPECIAL QUE TIENE Y QUE PERMITE A CUALQUIER PERSONA, SIN NECESIDAD DE SER ESPECIALISTA EN LA MATERIA, RECONOCERLA COMO TAL.
LA POESÍA PUEDE CONSIDERARSE COMO UNA DE LAS ARTES MÁS ANTIGUAS Y DIFUNDIDAS. ORIGINALMENTE UNIDA A LA MÚSICA EN LA CANCIÓN, SE FUE INDEPENDIZANDO Y EL RITMO PROPIAMENTE MUSICAL FUE SUSTITUIDO POR EL RITMO LINGÜÍSTICO. ESTE FENÓMENO HA MOTIVADO CIERTAS DEFINICIONES DE POESÍA EN LAS QUE SE OTORGA PAPEL RELEVANTE A LA MÉTRICA Y DEJA DE LADO PRÁCTICAS POÉTICAS, COMO LA BASADA EN VERSÍCULOS (DE LA BIBLIA A WALT WHITMAN, ALLEN GINSBERG Y PABLO NERUDA, ENTRE OTROS) O EL VERSO LIBRE, EN LAS QUE IMPORTA MÁS LO RÍTMICO QUE LO ESTRICTAMENTE MÉTRICO.
DESDE UN PUNTO DE VISTA MÉTRICO, LA POESÍA TRASLADA AL LENGUAJE UNA EXPERIENCIA HUMANA EMOCIONAL Y SENSUALMENTE SIGNIFICATIVA. EL METRO PUEDE BASARSE EN LA INTENSIDAD DE LAS SÍLABAS (FUERTES O DÉBILES) O EN SU ACENTUACIÓN. SI UNA SÍLABA ES FUERTE O DÉBIL, ACENTUADA O INACENTUADA, DEPENDE DE UNA CUESTIÓN DE LONGITUD —MÁS LARGA O MÁS CORTA—, COMO EN EL VERSO ÁRABE O EN EL VERSO CLÁSICO GRIEGO Y LATINO. EN EL VERSO GRIEGO, POR OTRA PARTE, TANTO EL TONO COMO LA LONGITUD SILÁBICA CUMPLEN UN PAPEL EN LA DETERMINACIÓN DEL ACENTO. TAMBIÉN DEPENDE DE LA INTENSIDAD MÁS FUERTE O MÁS SUAVE, COMO EN EL VERSO LATINO MEDIEVAL Y, EN GENERAL, EN EL VERSO GERMÁNICO. NO TODAS LAS LENGUAS, SIN EMBARGO, TIENEN DIFERENCIAS TAN SEÑALADAS EN EL ÉNFASIS SILÁBICO; TAMPOCO TODOS LOS POETAS ELIGEN EXPLORAR ESTAS DIFERENCIAS PARA CREAR MODELOS RÍTMICOS. EN MUCHAS LENGUAS, EL RITMO POÉTICO DEPENDE MENOS DE LAS DIFERENCIAS ENTRE LAS SÍLABAS QUE DE LA LONGITUD DEL VERSO. ÉSTA SE DERIVA DEL NÚMERO TOTAL DE SÍLABAS EN UN VERSO (VERSO SILÁBICO), COMO EN LA POESÍA FRANCESA, ITALIANA, CHINA, JAPONESA Y GALESA; O DEL NÚMERO DE SÍLABAS ACENTUADAS EN UN VERSO (VERSO ACENTUAL), COMO EN LA ANTIGUA POESÍA INGLESA ALITERATIVA; O POR LA COMBINACIÓN DE NÚMERO Y ACENTO. EN ESPAÑOL, LOS VERSOS PUEDEN SER MÉTRICOS, CUANDO POSEEN EL MISMO NÚMERO DE SÍLABAS; AMÉTRICOS, SI NO MANTIENEN ESA IGUALDAD SILÁBICA. ÉSTOS TAMBIÉN SE LLAMAN ASILÁBICOS O IRREGULARES Y PUEDEN SER ACENTUALES, CUANDO REPITEN EN NÚMERO VARIABLE EL MISMO TIPO DE CLÁUSULAS RÍTMICAS (VÉASE VERSIFICACIÓN); LIBRES, CUANDO NO SE RIGEN POR MEDIDA SILÁBICA NI POR IGUALDAD DE CLÁUSULAS RÍTMICAS. TAMBIÉN LOS HAY FLUCTUANTES, CUANDO SE SOMETEN A CIERTOS LÍMITES SILÁBICOS O RÍTMICOS.
Igualdad o semejanza de los sonidos vocálicos o consonánticos finales de varios versos entre sí desde la última vocal acentuada; a veces también se da en el interior de los versos. Probablemente surgió como necesidad de la poesía cantada, para marcar el final de verso o del hemistiquio; y servía además como recurso mnemotécnico.
RIMA ASONANTE Y CONSONANTE
Hay dos clases de rima: consonante, cuando coinciden todos los sonidos a partir de la última vocal tónica (cal-puñal; Roma-asoma; murciélago-piélago); y asonante, cuando sólo coinciden las vocales a partir de la tónica (cal-procaz; Roma-costra; murciélago-pétalo). Según que la vocal tónica esté situada en la última, en la penúltima o en la antepenúltima sílaba, la rima se llama aguda, llana o esdrújula, respectivamente. Tanto la rima consonante como la asonante admiten matices y excepciones.
La consonancia puede ser perfecta o normal, imperfecta (cuando riman los diptongos ié y ué con la vocal é: miedo/cedo; cueva/lleva) y simulada (entre diptongos decrecientes y la primera vocal de éstos: reina/serena, o sustituyendo una consonante por otra de sonido semejante: árbol/mármol). La asonancia, a su vez, se presenta como perfecta, diptongada o atenuada (entre diptongos o triptongos y la vocal más fuerte: baila/helada, recitáis/voraz; entre diptongos y triptongos diferentes pero con la misma vocal tónica: riacho/cuadro, riendo/cuernos, jueces/vienen; entre diptongos crecientes y decrecientes: riego/feudo; ansiosa/coima) y simulada o equivalente (la que se produce entre palabras bisílabas en cuya sílaba postónica se hacen equivalentes la e, la o y la u: lápiz/clave, cactus/marco). Debe considerarse aparte el caso de la asonancia esdrújula, que tolera la rima con palabras llanas en la vocal tónica y en la de la última sílaba: brújula/duda, prójimo/ogro. También valen, para la asonancia esdrújula, las dos últimas posibilidades de la asonancia atenuada (murciélago/cuerno/deudo) y la simulada (metrópoli/corte).
RIMA FINAL E INTERNA
Según la disposición de la consonancia y de la asonancia, la rima puede ser final o interna. La final adopta varias formas: continua (a-a-a-...), como en el caso del romance, en el que riman los versos pares, resultantes de la división del verso original, de 16 sílabas, en dos; pareada (véase Pareado); cruzada o alterna (abab, cdcd...); abrazada (abba, cddc...), la preferida en el soneto de origen italiano. La rima interna, cuando no cae en el vicio de la cacofonía, puede otorgar énfasis y acentuar la sonoridad del poema. Versos sin rima son el verso blanco o suelto y el verso libre.
VERSO Se llama verso (del latín versus) a una de las unidades rítmicas en que puede dividirse un poema, superior generalmente a la palabra y el pie e inferior a la estrofa. La disciplina que estudia las clases de versos y estrofas se denomina métrica. En la literatura en lenguas romances, los testimonios en verso preceden a los testimonios en prosa. Aunque ambas formas de expresión manifiestan históricamente una tendencia innegable a la especialización (el verso para la lírica, la prosa para la narrativa, el teatro y los textos argumentativos y expositivos), no faltan ejemplos tanto de verso no lírico (épico, narrativo en general, dramático o expositivo, como en la poesía didáctica grecolatina) como de prosa lírica. Características del verso Pausa rítmica En la recitación, el oído reconoce el verso por dos fenómenos que suceden al final del mismo: una leve pausa rítmica y una alteración del cómputo silábico, consecuencia de dicha pausa (se añade una sílaba métrica si el verso termina en palabra aguda y se resta si acaba en esdrújula). En la escritura, se reconoce visualmente el verso por el salto de línea que separa unos versos de otros. Ocasionalmente, se utiliza como alternativa al salto de línea la barra inclinada: Que por mayo era, por mayo, / cuando hace la calor («Romance del prisionero», tradicional). Medida y cadencia En la versificación tradicional española los versos que forman un poema suelen tener el mismo número de sílabas (isosilabia) o, más raramente, alternar dos medidas (así, la seguidilla combina pentasílabos y heptasílabos; la lira, heptasílabos y endecasílabos).
La medida del verso español se basa en el cómputo silábico, es decir, el número de sílabas del verso contando desde la primera sílaba hasta la última sílaba tónica. Al contar el número de sílabas hay que tener en cuenta que dos vocales en diptongo forman una sola sílaba y que existen tres licencias métricas (sinalefa, dialefa, sinéresis) que pueden modificar la longitud del verso a voluntad del poeta.
También hay una clara tendencia a repetir esquemas acentuales (por ejemplo, la sexta sílaba de un endecasílabo es casi siempre tónica), lo cual crea una cadencia. Rima La poesía española anterior al modernismo utiliza en su inmensa mayoría la rima como marca adicional del final de verso, con preferencia, según los géneros, por la rima asonante (poesía tradicional o de inspiración popular) o consonante (poesía culta, de raíz trovadoresca, eclesiástica o italianizante). Otros recursos En otras lenguas, el verso aparece constituido por parámetros distintos o adicionales. Así, en la métrica grecolatina no era la isosilabia sino la alternancia de sílabas breves y largas, organizadas en pies y metros, la que creaba el patrón rítmico característico del verso. La poesía hebrea compuso versos fundándose sólo en el paralelismo semántico. La poesía germánica medieval, por el contrario, se fundaba en la aliteración de al menos tres palabras por cada verso. Por otra parte, el rechazo que las vanguardias europeas del siglo XX experimentaron por la tradición literaria llevó a la adopción generalizada del verso libre, sin pautas rítmicas estrictas, que funda su pretensión de poeticidad en repeticiones de motivos y campos semánticos.
Ocasionalmente, se han hecho intentos de adaptar al español los sistemas de versificación de otras culturas, especialmente en las traducciones de textos grecolatinos, algunas de las cuales utilizan el sistema llamado de versión rítmica, en que las alternancias de sílabas breves y largas se sustituyen por alternancias de sílabas átonas y tónicas. Rubén Darío ensayó este tipo de versificación en uno de sus poemas más conocidos, «Salutación del optimista», que pretende reproducir el patrón del hexámetro (Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda). Más recientemente, lo han utilizado autores como Agustín García Calvo y Vicente Cristóbal en sus traducciones de Homero, Virgilio y otros autores clásicos. Tipos de verso Según la presencia o no de rima El verso puede clasificarse en función de varios parámetros. Una de las divisiones más habituales es la que habla de verso rimado, suelto, blanco y libre:
El verso rimado es aquel cuya palabra final rima con la palabra final de al menos otro verso. Tiene un origen probable en la región de la península itálica en el Medioevo, donde nacen composiciones versificadas que persisten hasta hoy en día como el soneto, la canción o el madrigal. Del latín vulgar, su paso al español es sencillo y en el siglo X encontramos ya composiciones versificadas en rima y con metro en lengua romance, las denominadas jarchas.
El verso suelto es aquel que no tiene rima, pero aparece alternándose con el verso rimado dentro de una composición (así, en un romance los versos impares van sueltos, mientras los pares riman).
El verso blanco es aquel que no tiene rima, pero sí medida, y aparece en una composición en la que no hay versos rimados. John Milton es autor del poema más conocido en verso blanco, El paraíso perdido. En español, Miguel de Unamuno utilizó este tipo de verso en su obra El Cristo de Velázquez.
El verso libre es aquel que no tiene ni rima ni medida, y pertenece a una composición en la que todos los versos son de este tipo. Su uso es característico de la poesía posterior al modernismo. Según su medida y cadencia En función de su medida y cadencia cabe distinguir múltiples tipos de verso. Una clasificación elemental es la que distingue versos de arte menor (de dos a ocho sílabas) y arte mayor (de nueve o más). Los versos pares de arte mayor, como el decasílabo, el dodecasílabo y el alejandrino, suelen dividirse en dos mitades, generalmente iguales, llamadas hemistiquios. Según su disposición acentual
La manera de colocar los acentos marca el ritmo del verso. Un verso de dos sílabas o más puede tener distintas disposiciones acentuales, que a su vez crean distintas cadencias, apropiadas para según que temas, y que les hacen adquirir nombres propios.