Nació en 1892, aunque ella proclamaba haber nacido en 1895. Su nombre era Juana Fernández Morales, pero se hizo conocida como Juana de Ibarbourou, tomando el apellido de su marido, el capitán Lucas Ibarbourou, con quien se casó a los veinte años. Su padre era español, gallego y su madre pertenecía a una de las familias españolas más antiguas del Uruguay. Alcanzó una gran popularidad en el ámbito hispanohablante por sus primeras colecciones de poemas. Fue elegida miembro de la Academia uruguaya en 1947, y en 1959 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura, otorgado ese año por primera vez. Sus obras están marcadas por el modernismo y, temáticamente, exaltan la maternidad, la belleza física, el erotismo y la naturaleza, con cierto lastre retórico.
Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Juana_de_ibarbourou
ANGUSTIA
Hoy estoy triste, amor. Hoy tengo el alma
Gris y desmelenada.
¡Tierra propicia para toda pena!
¡Para todo placer tierra negada!
La rosa de mi cuerpo
Hoy es lirio beato.
Co triples vendas la ciñó la angustia
Y yo con triples velos la recato.
Hoy estoy triste, amor. Hoy no pretendo
Sentir mi risa.
¡Me endurece los labios
un agror de ceniza!
DESPECHO
¡Ah, que estoy cansada! Me he reído tanto,
tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca.
Tanto, que esta intensa palidez que tengo
(como en los retratos de viejo abolengo),
es por la fatiga de la loca risa
que en todos mis nervios su sopor desliza.
¡Ah, que estoy cansada! Déjame que duerma,
pues como la angustia, la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
¿Cuándo más alegre que ahora me viste?
¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos,
ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos.
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reírme tanto...
EL DULCE MILAGRO
¿Que es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen.
Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
Mi amante besóme las manos, y en ellas,
¡Oh, gracia! brotaron rosas cómo estrellas.
Y voy por la senda voceando el encanto
y de dicha alterno sonrisa con llanto,
y bajo el milagro de mi encantamiento
se aroman de rosas las alas del viento.
Y murmura al verme la gente que pasa:
-¿No veis que está loca? Tornadla a su casa.
¡Dice que en las manos le han nacido rosas
y las va agitando como mariposas!
¡Ah, pobre la gente que nunca comprende
un milagro de éstos y que sólo entiende,
que no nacen rosas más que en los rosales!
Y que no hay más trigo que el de los trigales!
Que requiere líneas, y color y forma,
y que sólo admite realidad por norma,
Que cuando uno dice: -voy con la dulzura,
de inmediato buscan a la criatura.
Que me digan loca, que en celda me encierren,
que con siete llaves la puerta me cierren,
que junto a la puerta pongan un lebrel,
carcelero rudo, carcelero fiel.
Cantaré lo mismo: -Mis manos florecen,
rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
¡Y toda mi celda tendrá la fragancia,
de un inmenso ramo de rosas de Francia!
Por el molino del huerto
Asciende una enredadera.
El esqueleto de hierro
Va a tener un chal de seda
Ahora verde, azul más tarde
Cuando llegue el mes de Enero
Y se abran las campanillas
Como puñados de cielo.
Alma mía: ¡quién pudiera
Vestirte de enredadera!
LA HIGUERA
Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...
Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:
Cierva,
Que come en tus manos la olorosa hierba.
Can,
Que sigue tus pasos doquiera que van.
Estrella,
Para ti poblada de sol y centella.
Fuente,
Que a tus pies ondula como una serpiente.
Flor,
Que para ti solo da mieles y olor.
Todo eso yo soy para ti,
Mi alma en todas sus formas te di.
Cierva y can, astro y flor,
Agua viva que glisa a tus pies,
Mi alma es Para ti,
Amor.
LACERIA
No codicies mi boca. Mi boca es de ceniza
y es un hueco sonido de campanas mi risa.
No me oprimas las manos. Son de polvo mis manos,
y al estrecharlas tocas comida de gusanos.
No trences mis cabellos. Mis cabellos son tierra
con la que han de nutrirse las plantas de la sierra.
No acaricies mis senos. Son de greda los senos
que te empeñas en ver como lirios morenos.
¿Y aún me quieres, amado? ¿Y aún mi cuerpo pretendes
y, largas de deseo, las manos a mí tiendes?
¿Aún codicias, amado, la carne mentirosa
que es ceniza y se cubre de apariencias de rosa?
Bien, tómame. ¡Oh laceria!
¡Polvo que busca al polvo sin sentir su miseria!
MILLONARIOS
Tómame de la mano. Vámonos a la lluvia
descalzos y ligeros de ropa, sin paraguas,
con el cabello al viento y el cuerpo a la caricia
oblicua, refrescante y menuda, del agua.
¡Que rían los vecinos! Puesto que somos jóvenes
y los dos nos amamos y nos gusta la lluvia,
vamos a ser felices con el gozo sencillo
de un casal de gorriones que en la vía se arrulla.
Más allá están los campos y el camino de acacias
y la quinta suntuosa de aquel pobre señor
millonario y obeso, que con todos sus oros,
no podría comprarnos ni un gramo del tesoro
inefable y supremo que nos ha dado Dios:
ser flexibles, ser jóvenes, estar llenos de amor.
PANTEISMO
Siento un acre placer en tenderme en la tierra,
bajo el sol matutino tibia como una cama.
Bajo mi cuerpo, ¡cuánta vida mi vientre encierra!
¡Quién sabe qué diamante esconde aquí su llama!
¡Quién sabe qué tesoro, dentro de una mirada,
surgirá de este mismo lugar donde reposo,
si será el oro vivo de una era sembrada,
o la viva esmeralda de algún árbol frondoso!
¡Quién sabe qué estupenda y dorada simiente
ha de brotar ahora bajo mi cuerpo ardiente!
Futuro pebetero que esparcirá a los vientos,
en las noches de estío, claras y rumorosas,
el calor de mi carne hecho aroma de rosas,
fragancia de azucenas, y olor de pensamientos.
¿SUEÑO?
Beso que ha mordido mi carne y mi boca
Con su mordedura que hasta el alma toca!
¡Beso que me sorbe lentamente vida,
como una incurable y ardorosa herida!
¡Fuego que me quema sin mostrar la llama
y que a todas horas por más fuego clama!
¿Fue una boca bruja o un labio hechizado
el que con su beso mi alma ha llagado?
¿Fue en sueño o vigilia que hasta mí llegó
el que entre sus labios mi alma estrujó?
Calzaré sandalias de bronce e iré.
Adonde esté el mago que cura me dé.
¡Secadme esta llaga, vendadme esta herida
que por ella en fuga se me va la vida!
Página de poemas del autor; JUANA DE IBARBOUROU, se incluyen algunos datos de su biografía.
Las poesías (algunas con audio en mp3) que contiene son: Angustia, despecho, el dulce milagro, la enredadera, la higuera, lo que soy para tí, laceria, millonarios, panteismo, ¿sueño ?.
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