Abogado, catedrático, periodista cultural (dirigió la emisora y la Revista de la Universidad de Antioquia y los suplementos literarios de los diarios El Colombiano y La Defensa, de Medellín). Director de Extensión Cultural de Medellín y miembro del Instituto de Cultura Hispánica. Como exquisito y muy informado y culto editor, publicó colecciones de versos -como El Arco y la Lira - y fue antologista y compilador de poesía universal, amorosa, indígena, colombiana y, desde luego, antioqueña. Hizo un libro con la obra poética de Maruja Vieira, otro sobre poetas y prosistas de Jericó, Antioquia, y uno sobre literatura indígena americana, con Ernesto Cardenal, publicado en 1966. Excelente sonetista. El padre Roberto Jaramillo lo llamó en su momento " el Benjamín de una poesía transparente, poblada por grandes ojos asombrados de colegiala". Quizá hoy se haya echado al olvido su obra ante la renovación operada en los últimos años. Pero cuando se le lee se redescubre en él un hálito de auténtica maestría formal difícil de ignorar.
Su poesía sigue incluyéndose en diferentes antologías, revistas y libros.
No podría encontrar la verdadera
palabra que trazara tu figura.
Y a veces le pregunto a mi amargura:
¿Cómo era, Dios mío, cómo era?
¿Era un ángel que vino en primavera
en forma de azucena que perdura?
¿Un poco de candor entre la impura
materia terrenal, perecedera?
Mas por mucho que quiero, no defino
su encanto inmaterial, ese secreto
que encierra su mirar esmeraldino:
Y la llamo Azucena, Estrella, Rosa,
sin que en ningún vocablo halle completo
el perfume de su alma misteriosa.
SONETO A CRISTO
Aquí estoy, mi señor. Soy la paveza
que queda del incendio de la llama...
soy el adolorido, por que ama.
El que busca tu aliento de tibiesa.
Por tí mi soledad muere, y empieza
la plenitud de tu bondad derrama.
Dame la paz que el corazón reclama.
Entrégame tu nombre de pureza.
Si prendas pides de verdad, te entrego
mi corazón, de amor crucificado
en el crisol divino de tu fuego.
Soy paveza, lo se. Rescoldo helado.
Me abrumaba tu luz y anduve ciego.
¡Me rescató el raudal de tu costado!
SONETO PARA UN SENCILLO AMOR
Me gustas porque sí. Sencillamente
mi corazón te quiere. No hallaría
la palabra de íntima alegría
que te expresara lo que mi alma siente.
Y yo te quiero así. Tan simplemente
como el agua al paisaje, como el día
a la rosa que alza su ufana
frente a la primavera floreciente.
Te amo con sencilla transparencia,
con un amor apenas insinuado
que se vuelve silencio en tu presencia.
Con un tan dulce corazón herido
que si no te dijera que te he amado
lo sabrías oyendo su latido.
Página de poemas del autor; JORGE MONTOYA TORO, se incluyen algunos datos de su biografía.
Las poesías (algunas con audio en mp3) que contiene son: La amada indefinible, soneto a Cristo, soneto para un sencillo amor.
Haga su selección sobre los botones de la izquierda.
Si desea añadir alguna poesía o autor, por favor hagalo saber por correo electronico.
Si desea mandar un audio igualmente hagalo por medio del correo electrónico, indicando nombre de quien recita.