D. Francisco Escrivá de. Romaní y Roca de Togores, conde de Oliva, perteneciente a conocida familia de la aristocracia española. Muy aficionado a la literatura, había publicado un libro de poesías y otros ensayos. Por su delicado estado de salud, estaba retirado de la vida social. Cuando D. Francisco Escrivá de Romaní dió lectura de su libro de poesías «Poemas maduras». Hizo la presentación D. Eduardo Marquina.
Pasaré, pasaré sin dejar huella,
como en el aire un débil aleteo;
como en el albo cielo, de la estrella
el silencioso y suave parpadeo.
Pasaré como mezcla que no fragua
ni se convierte en forma definida,
como la estela que dibuja el agua,
como el vuelo sin tregua de la vida.
Pasaré de los labios que pusieron
un temblor de emoción en mis poemas
de los ojos brillantes con gemas
que alguna vez por mi se humedecieron.
Pasaré de las frentes que creían
recordar para siempre mis canciones,
de las ávidas almas que acudían
para mojar en mi sus corazones.
Pasaré en el papel que se ha perdido,
en el libro que roto se deshoja,
y quedaré cegado en el olvido
bajo un seco montón de tierra roja.
Pasaré, pasaré como en un sueño
que al despertar la mente no recuerda.
En el violín se habrá roto una cuerda,
y, ya inservible, cambiará de dueño.
Y tu, que me comprendes y me amas;
tú, que tienes hoy sed de lo que escribo;
tu, que sin voz me buscas y me llamas
con una fe que solo yo percibo,
tu me habrás de olvidar, la ley es ésa,
y al encontrar mis versos algún dia1
exclamarás con gesto de sorpresa:
“¿De quien es esta pobre poesía?.