Anónimo, ma. (sin nombre). adj. Dicho de una obra o de un escrito: Que no lleva el nombre de su autor. U. t. c. s. || 2. Dicho de un autor: Cuyo nombre se desconoce. U. t. c. s. m. || 3. Com. Dicho de una compañía o de una sociedad: Que se forma por acciones, con responsabilidad circunscrita al capital que estas representan. || 4. m. Carta o papel sin firma en que, por lo común, se dice algo ofensivo o desagradable. || 5. Secreto del autor que oculta su nombre.
Estás así, Señor, por nuestras culpas,
por tantos signos de egoísmo en nuestras vidas,
por las muchas faltas de caridad que cometemos,
porque no te amamos tanto como debemos.
Estás así, Señor, por nuestra indiferencia,
porque no nos conmueve el sufrimiento ajeno,
ni el de las viudas, los huérfanos y
los desplazados, ni el dolor y la angustia
de una madre que llora,
ni la desesperanza de las gentes sin techo.
Estás así, Señor, porque no nos aceptamos,
por la falta de amor en las familias,
porque no dialogamos,
porque no comprendemos,
porque no hemos aprendido a perdonar.
Estás así, Señor, por nuestra salvación
porque desde siempre nos amaste
y por nosotros te vejaron, te maltrataron,
se burlaron de Ti y te crucificaron...
por eso estás así, mi Cristo Roto.
Te pedimos Señor, nos ayudes a entender
la grandeza de tu amor y de tu entrega
para que desde allí podamos algún día
adorarte como te lo mereces y
unirnos de corazón a tu amor y
a tu sacrificio por siempre, Señor.
Camina plácido entre el ruido y la prisa
y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.
En cuanto sea posible y sin rendirte,
mantén buenas relaciones con todas las personas.
Enuncia tu verdad de una manera serena y clara
y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante,
también ellos tienen su propia historia.
Esquiva a las personas ruidosas y agresivas,
ya que son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado,
pues siempre habrá personas más grandes
y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera
por humilde que sea, ella es un verdadero tesoro
en el fortuito cambiar de los tiempos.
Sé cauto en tus negocios pues el mundo está lleno de engaños,
mas no dejes que esto te vuelva ciego
para la virtud que existe.
Hay muchas personas que se esfuerzan
por alcanzar nobles ideales.
La vida esta llena de heroísmo.
Sé sincero contigo mismo, en especial no finjas el afecto
Y no seas cínico en el amor,
pues en medio de todas las arideces y desengaños,
es perenne como la hierba.
Acata dócilmente el consejo de los años
abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu,
para que te proteja en las adversidades repentinas.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana disciplina, se benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo.
No menos que las plantas y las estrellas,
tienes derecho a existir.
Y sea que te resulte claro o no,
indudablemente el universo marcha como debiera.
Por eso debes estar en paz con Dios
cualquiera que sea tu idea de El.
Y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones,
conserva la paz con tu alma en la
bulliciosa confusión de la vida.
Aún con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos,
el mundo es todavía hermoso.
En la ermita de San José
una sombra obscura vi:
El caballo se paraba,
ella se acercaba a mí.
- ¿ Adónde va el soldadito
a estas horas por aquí?
-Voy a ver a la mi esposa
que ha a tiempo que no la vi.
-La tu esposa ya se ha muerto: >
su figura vesla aquí,
-Si ella fuera la mi esposa,
ella se abrazara a mi.
-Brazos con que te abrazaba,
la desgraciada a mi.
Ya me los comió la tierra;
La figura vesla aquí.
-Si vos fueráis la mi esposa,
no me miraráis así.
-Ojos con que te miraba,
la desgraciada de mi,
ya me los comió la tierra:
Su figura vesla aquí.
-Yo vendere mis caballos
y diré misas por ti,
-No vendas los tus caballos,
ni oigas misas por mi,
que por tus malos amores,
agora peno por ti.
La mujer con quien casares.
no se llamará Beatriz;
cuantas más veces la llames,
tantas me llames a mi.
¡ Si llegas a tener hijas,
tenlas siempre junto a ti.
No te las engañe nadie
como me engañaste a mi!.
No me mueve mi Dios para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor ; muéveme al verte
clavado en una cruz y escarnecido ;
muéveme ver tu cuerpo tan herido.
Muévenme tus afrentas y tu muerte
Muévenme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo yo te amara,
y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar por que te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Anónimo Español
Voz de Alfredo Origel
Página de poemas de autores anónimos.
Las poesías (algunas con audio en mp3) que contiene son: A mi cristo roto, desiderata, la aparición, soneto al crucificado.
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