Doctor en leyes, político y escritor cubano.Nacido en Matanzas, Cuba,es uno de los más célebres escritores cubanos del siglo XX. Fue senador, presidente del Partido Unión Nacionalista, miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras de Cuba, de la Academia Cubana de la Lengua y en 1955 fue nombrado Poeta Nacional por el Congreso Cubano. En su estilo se destaca la sencillez. Fue precursor de la poesía social en Cuba. En muchas de sus poesías expresa su amor a la tierra cubana.
Abandonada a su dolor, un día
en que la sombra la envolvió en su velo,
me dijo el corazón que ella vendría
en el milagro espiritual de un vuelo.
Abrí los pabellones solitarios;
iluminé los vastos corredores;
quemé la mirra de los incensarios
y el frío mármol alfombré de flores...
Llegó, cansada de volar... Yo dije:
-Alma, mujer, inspiradora: rige
mi vida entera para siempre. Arde
como la mirra el corazón que inmolo...
¡Amor no llega demasiado tarde
a quien se siente demasiado solo...!
Agustín Acosta
CLEPTÓMANA
Era una cleptómana de bellas fruslerías;
robaba por un goce de estética emoción…
Linda facinerosa de cuyas fechorías
jamás supo el severo juzgado de instrucción…
La sorprendí una tarde, en un comercio antiguo,
hurtando un caprichoso frasquito de cristal
que tuvo esencias raras… En su mirar ambiguo
relampagueó un oculto destello de ideal…
Se hizo mi camarada para cosas secretas
—cosas que sólo saben mujeres y poetas—;
pero llegó a tal punto su indómita afición,
que perturbó la calma de mis serenos días…
Era una cleptómana de bellas fruslerías,
¡y, sin embargo, quiso robarme el corazón…!
HUERTO CERRADO
Cada vez que hago bien, oh corazón, me invade
una dulzura fresca, cuya virtud comprendo;
veo dulces sonrisas en bocas que no existen,
y manos invisibles que me están aplaudiendo.
Oh gozo, oh incomparable fruición, oh silencioso
júbilo! El corazón de penas se despoja,
y no viene el otoño con su ráfaga cruda
a esperar la caída de la última hoja.
Y sentir que unas manos me expresan gratitud,
y ver que en los risueños ojos menesterosos
hay yo no sé qué alma arrojándome pétalos
sobre tantos caminos obscuros y sinuosos.
Y saber, oh saber que no soy maldecido,
que mi nombre, por bocas ajenas pronunciado,
deja buenos recuerdos en las almas que un día
recibieron un lirio de mi huerto cerrado!
LAS CARRETAS EN LA NOCHE
Mientras lentamente los bueyes caminan,
las viejas carretas rechinan… rechinan…
Lentas van formando largas teorías
por las guardarrayas y las serventías…
Vadean arroyos, cruzan las montañas
llevando el futuro de Cuba en las cañas…
Van hacia el coloso de hierro cercano:
van hacia el ingenio norteamericano…
Y como quejándose cuando a él se avecinan,
las viejas carretas rechinan… rechinan…
Espectral cortejo de incierta fortuna,
bajo el resplandor de caña de la luna…!
Dando tropezones, a obscuras, avanza
el fantasmagórico convoy de esperanza.
La yunta guiadora de la cuerda tira,
mientras el guajiro canta su guajira…
Ovillo de amores que se desarrolla
en la melancólica décima criolla:
“Hoy no saliste al portal
cuando a caballo pasé:
guajira: no sé por qué
te estás portando muy mal…”
Y al son de estos versos rechinan inquietas
con su dulce carga las viejas carretas…
“En el verde platanal
hoy vi una sombra correr:
mucho tendrá que temer
quien te me quiera robar,
que ya yo tengo un altar
para hacerte mi mujer”.
En bruscos vaivenes se agachan, se empinan…
las viejas carretas rechinan… rechinan…
Las ruedas enormes, pesadas, se atascan…
Los bueyes se lamen los morros y mascan…
Jura el carretero, maldice, blasfema,
y cada palabra es un anatema…
Detiénese el tardo cortejo a ayudar
a quien paso libre tiene que dejar.
Aquí de las piedras que calcen las ruedas,
los troncos robados a las arboledas…
El esfuerzo inútil y la imprecación…
La frase soez y la maldición…
Oh guajiro… y mientras a gritos maldices,
los bueyes se lamen las anchas narices…!
Al fin sobre firme terreno ha rodado
el carro de caña de azúcar cargado.
Y de otra carreta sale una canción
que exorciza el eco de la maldición:
“Yo nunca podré aspirar
a darte un beso de amor:
tú conoces mi dolor
y no lo quieres calmar”.
Y al son de estos versos rechinan inquietas
las tardas, las viejas carretas…
“Te vas al pueblo a bailar
y no te acuerdas de mí;
de mí que me quedo aquí,
y que como buen poeta
te dedico esta cuarteta
que he sacado para ti”.
En bruscos vaivenes se agachan, se empinan…
las viejas carretas rechinan… rechinan…
El ingenio anuncia cambio de faena
con un prolongado toque de sirena.
Y a través de sombras fantásticas brilla
como gigantesca lámpara amarilla,
soplando cautivos vapores rugientes
hacia los irónicos astros esplendentes.
Por las guardarrayas y las serventías
forman las carretas largas teorías…
Vadean arroyos… cruzan las montañas
llevando la suerte de Cuba en las cañas…
Van hacia el coloso de hierro cercano:
van hacia el ingenio norteamericano,
y como quejándose cuando a él se avecinan,
cargadas, pesadas, repletas,
¡con cuántas cubanas razones rechinan
las viejas carretas…!
Cuando ya yo no exista, y tu cabeza blanca
ostente la belleza de la azucena en flor,
a quien quiera escucharte, si no lo sabe, dile;
yo fui su amor
Repítelo sin tregua,muétrales estas palabras,
que no las dicta el Arte, sino mi corazón
Mírate en el espejo de nuestra propia vida,
y repite, repite: yo fui su amor.
Y cuando te pregunten: Por qué si su amor eras,
no los tuvo la vida juntos siempre a los dos?
- Por que la vida es mala , y él eera bueno-diles
! pero yo fui su amor !
Y si en algún momento amigos generosos
solícitos exponen mi pensamiento al sol,
grítales sin palabras a los que me recuerden:
yo fui su amor.
Que al verte viejita,pero radiante y bella,
todos dirán, guardando respeto a tu dolor;
Qué extraño es que haya sido el amor de un poeta
si ella era todo amor?
Pero si no te creen... si el mundo mal te juzga,
inicia hacia el misterio la astral evocación,
que yo vendré a tu lado, y te diré en un beso:
Tú eres mi amor
Dedicado a su esposa
Consuelo Acosta Q.E.P.D 1910-2006
Página de poemas del autor; AGUSTIN ACOSTA; se incluyen algunos datos de su biografía.
Las poesías (algunas con audio en mp3) que contiene son: Abandonada a su dolor un día, cleptómana, huerto cerrado, las carretas en la noche, tu eres mi amor.
Haga su selección sobre los botones de la izquierda.
Si desea añadir alguna poesía o autor, por favor hagalo saber por correo electronico.
Si desea mandar un audio igualmente hagalo por medio del correo electrónico, indicando nombre de quien recita.